Un sueño que se esfuma

Por Iñaki Ramon


¡Saludos Aerotrastornad@s!

Hoy os traigo la historia del avión más grande del mundo. El gigante ucraniano AN-225 de la compañía Antonov que, tras más de treinta años surcando los cielos de todo el mundo, fue finalmente destruido durante los bombardeos en la capital ucraniana, Kiev, por parte de los rusos a finales del mes de febrero.

Nos remontamos a la década de los ochenta. La extinta Unión Soviética y Estados Unidos seguían manteniendo el desarrollo de sus respectivos programas espaciales. Hasta entonces, ambas potencias habían utilizado cohetes de un solo uso, es decir, que una vez construido y lanzado, no se podía volver a utilizar. Esto, evidentemente, generaba unos costes disparatados, por ello se entraron en desarrollar un nuevo proyecto de nave espacial reutilizable, capaz de ir y volver al espacio y poder usarse de nuevo en futuras misiones. 

Por parte de los americanos se desarrolló el programa Space Shuttle, mientras que los soviéticos hicieron el programa MAKS, más conocido como Buran, ambos construyendo sus respectivos transbordadores espaciales. Estos, debido a su elevada complejidad de maniobra, operaban y aterrizaban en lugares remotos y diseñados exclusivamente para las misiones espaciales, los cuales podían encontrarse muy lejos de las bases de lanzamiento. Entonces, se planteaba un problema: ¿Cómo nos llevamos el transbordador de nuevo a la base? La solución fue, quizás, la más simple de pensar pero la más difícil de ejecutar: transportarlos en aviones. 

Estos aviones no podían ser cualquiera. Tenían que ser capaces de transportar cargas muy elevadas, y lo tenían que hacer enganchado a ellos, lo cual genera un conflicto aerodinámico importante. Los estadounidenses cogieron quizás su modelo insignia, el Boeing 747, para cargar el Space Shuttle. Por su parte, los soviéticos tuvieron que desarrollar un avión completamente nuevo. Para ello, contactaron con el fabricante ucraniano Antonov, dedicado a construir aviones tanto de pasajeros como de carga. Y fruto de ese encargo, nació nuestro protagonista, el Antonov AN-225.


                        Antonov AN-225 con el Buran









Boeing 747 con el Space Shuttle


El 21 de diciembre del año 1988 el AN-225 realizó su primer vuelo y fue bautizado como "Mriya", traducido como "sueño". Originalmente, se planeó construir dos unidades de este modelo, aunque solo se finalizó una tras la separación de la Unión Soviética a inicios de los noventa. Este avión, de 84 metros de largo, 18,2 metros de alto y una envergadura de casi 90 metros tenía una particularidad en su interior, y es que era capaz de transportar hasta 250 toneladas de carga, por lo que tras la finalización de los programas espaciales fue utilizado para llevar cargas extremadamente pesadas y complejas de una parte a otro del mundo, alquilado por las diferentes compañías de transporte. 


Este avión se convirtió en el aparato más grande del mundo, tanto de pasajeros como de carga, batiendo numerosos récords a lo largo de su historia. Con su imponente apariencia, doble estabilizador vertical en la cola, alas en la parte superior con seis motores a reacción y con 32 ruedas en su haber era una delicia de observar para todo aquel que tenía la oportunidad, fuese aficionado o no a la aviación, y por su escasa aparición pública. En España se pudo ver en alguna ocasión en las bases de Torrejón de Ardoz en Madrid, o en el aeropuerto de Vitoria en el País Vasco, una de las principales terminales de carga de nuestro país.

Con el estallido durante el mes de febrero de la guerrea entre Rusia y Ucrania, el AN-225se encontraba en su base en Kiev para su mantenimiento correspondiente. Esta base fue atacada en primera instancia aunque por imágenes satélites y el propio comandante de la aeronave, Dimitri Antonov, asegura
ban que el "Mriya" estaba intacto. 

Sin embargo, tras un segundo ataque a finales del mismo mes, se observó en primera instancia como esta vez sí parecía haber daños materiales en la plataforma, a lo que tras unas horas el gobierno ucraniano confirmó su destrucción, y unos días más tardes aparecieron imágenes del aparato completamente abatido. Las guerra entre Ucrania y Rusia está siendo devastadora y se ha cobrado muchas víctimas inocentes y muchos habitantes se encuentran en una situación límite y aterradora y, claramente, no se pueden equiparar con la pérdida de un aparato de metal. Pero para los que somos amantes de este mundo que es la aviación, la destrucción del "Mriya" significa una gran pérdida por lo que ha significado en la historia de la aviación. 

No obstante, el propio gobierno ha confirmado que van a revivir el sueño ucraniano construyendo un nuevo AN-225, que deseamos que se produzca lo antes posible porque solo podrá significar que el calvario que se está viviendo habrá terminado por fin.

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